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CRISOPINA

Con la crisis hemos topado

Todavía soy periodista. Hay momentos en que cuesta decirlo, pero insisto en que así es. A veces pienso que es mejor decirlo con la boca pequeña porque siento que todo el mundo en sus pensamientos se dice a sí mismo cosas del estilo: “lo vas a tener difícil, cómo se te ocurre”.  Me apasiona la escritura. No me considero una brillante escritora, pero es lo que siempre me ha gustado y además siempre he intentado expresarme correctamente. No me considero una excelente escritora y teniendo en cuenta esto, podría haber estudiado otra profesión, ¿por qué no? Claro, esa es mi respuesta al encontrarme desesperada en la búsqueda de un hueco laboral. Quizá fue un error. Sin embargo, no me arrepiento de haber estudiado lo que en su día quise estudiar. Me encantó todo lo que hice y estudié en mi época universitaria.

No sirvo a la sociedad como el personal sanitario al que admiro, no sirvo a la sociedad como los trabajadores sociales a los que también admiro, no sirvo a la sociedad como otros muchos sectores profesionales existentes. Pero sí creo que la información es muy importante. Especialmente en esta era de la globalización. Es grandioso disponer de un ordenador y saber lo que sucede en el mundo, de ver la riqueza cultural y de las maravillas y horrores ocultos hasta esta nueva era. Opino que gracias a la información han salido a relucir barbaridades que a veces han conseguido que la sociedad y gobiernos intenten cambiar. Creo en la información a pesar de que en ocasiones haya “manos negras” que provocan la manipulación.

 Somos curiosos, es inherente a nosotros y no podemos vivir sin información. Si no, ¿por qué íbamos a estar constantemente conectados a Facebook para ver qué novedades cuelgan los demás? Si no, ¿por qué iba a ver un boom de todas estas tecnologías? ¿Cómo íbamos a saber qué tren coger si no existiese la información? ¿Cómo íbamos a saber qué película ver sin información? Y ante todo, ¿Cómo íbamos a saber que los políticos y grandes dirigentes se ríen de nosotros y que no HAY PAN PARA TANTO CHORIZO?

 Los periodistas también hacemos un servicio, y ¿cuáles son nuestros sueldos si tenemos la suerte de tener un empleo? Salarios de risa. Y eso, si encontramos un empleo porque ahora el pan nuestro de cada día son el cierre de medios de comunicación y sólo contratar a becarios. Vamos, lo que se hacía incluso antes de la crisis pero magnificado.

Estoy tan desanimada que ni me he puesto a corroborar lo que leí hace un año en un artículo. Pero seguro que muy desencaminado de la realidad no estará: el año pasado sólo el 14% de los periodistas estaba trabajando en un puesto vinculado con la comunicación. La Asociación de Periodistas de Madrid dice que en un año se han destruido alrededor de 30.000 puestos de empleo. Es un panorama desolador.

Es angustioso ver un futuro negro, pensar que te vaya a tocar estar toda la vida pendiente de si podrás ejercer otra vez. Es angustioso ver que quizá estudiaste para una profesión en la que no trabajarás. Es verdad que hay periodistas a patadas, pero mi pregunta es, si hay tanto desempleo en este campo ¿por qué no hay límites de plazas en la universidad con esta carrera como sucede con otras? Sintiéndolo mucho, entiendo que puede parecer una censura a la libertad de estudio pero la desilusión futura si no hay empleo es peor. Necesitamos pensar en un país sostenible y salir de la crisis. ¿Por qué siempre, precisamente en los medios de comunicación, se anuncian ayudas para diferentes sectores, pero para el nuestro no las veo? Se me ocurre que, por lo menos, se concedan ayudas para formación complementaria o para el reciclaje y encontremos en otro sector un hueco. Es una forma de generar empleo. Digo yo.

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