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CRISOPINA

Derecho a morir

¿Por qué Berlusconi quería decidir por la familia de Eluana Englaro? No hay bastante ya como para crear polémica donde no la hay. Entiendo que la eutanasia es un tema delicado al igual que lo es el aborto. Y por ello considero que habría que regular ambas cuestiones -el aborto algo más regulado está-. Aunque también es cierto que en el caso de la eutanasia, el prohibirla no sé si sería lo más adecuado. Nadie nos ponemos a pensar que nos vamos a quedar en coma y por ello, nadie dejamos por escrito "quiero que me dejen con respiración artificial hasta que vuelva en sí o me muera", o "quiero que me dejen respirando de forma natural y lo que sea será". Algo que a lo mejor habría que plantearse para que las autoridades no la liasen. De todas formas, los padres conocían a su hija, y sabían más o menos qué ideales perseguía. De hecho, su padre ha declarado que en casa hizo comentarios de que no querría estar mucho tiempo en coma, incluso que no querría que sacaran imágenes de ella muerta (sus padres no han dejado ver imágenes de la chica ni en coma ni muerta) Unos padres que llevaban 17 años esperando a que su hija volviera en sí, ¿se ha planteado el ministro cómo estaría la familia? Porque tampoco es lo mismo estar un año en coma que 17. ¿Y si resulta que llegan a aprobar el dichoso Proyecto de Ley y obligan a Eluana seguir conectada y alimentada, iban a aguantar otros 17 años así? ¿Y Eluana? ¿Te imaginas tener un accidente con 21 años y despertarte con 38? ¿O con 45? Lo peor de todo es que Berlusconi insistía en que ella podría llevar una vida normal incluso tener hijos (cosa que pongo en duda). He leído unas cuantas barbaridades dichas por Berlusconi de las que no me acuerdo, pero vamos. Cada uno o la familia de cada uno debe decidir qué hacer. Es un tema complicado, pero un mínimo de lógica por favor.

1 comentario

Gorka L.P. -

No es en absoluto un tema complicado.

Quien tiene derecho a la vida, debe tener derecho a la muerte cuando él así lo decida. Tan fácil como eso.

Y ni el Vaticano, ni la Conferencia Episcopal, ni el Gobierno, ni partidos políticos ni asociaciones neofascistas disfrazadas de defensoras de la familia o de la vida deben decidir sobre la vida o la muerte de nadie. Porque así practican un terrorismo encubierto.

Salud.