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CRISOPINA

Cursos de verano EHU/UPV - Palacio Miramar

La vida (no) es cuento

Director: D. Paulo Coelho
Ponente: D. Paulo Coelho.

Los misterios de la vida
“Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar”. O “Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él”, son dos de las citas célebres que que el escritor brasileño Paulo Coelho ha convertido en citas universales. Coelho, deja en su haber más de 100 millones de ejemplares vendidos con obras magistrales como ‘El Alquimista’, ‘Veronika decide morir’ o ‘A orillas del río Piedra me senté y lloré’. En su larga trayectoria se pueden distinguir dos ciclos, uno marcado por el movimiento hippie y otro que es su vida tras recorrer el Camino de Santiago en 1987 y en donde se reconvirtió en católico. En la actualidad es entre otras cosas, mensajero de la Paz de la ONU y su último libro lo presentará en España a finales del 2009. Llevaba tiempo queriendo pasar por San Sebastián y por fin vio su deseo cumplido con los Cursos de Verano en los que primordialmente ha participado “para interactuar con los lectores” y conversar acerca de los misterios de la vida.
Juan Etxeberria, Subdirector de los cursos, comenzó interrogando al escritor carioca con aquello que todos se mostraban expectantes: “¿La vida es cuento o no?”. Coelho, como primer paso indicó que depende de lo que signifique cuento. “Si un cuento es una historia, Dios es el autor y nosotros somos dependientes e independientes de esa historia. El escritor es el que sueña pero no tiene control. El proceso de escritura es como el de la agricultura en donde no hay indicaciones específicas. La vida es un cuento porque no es controlable por el autor”, afirma. Tomó el cuento y el sueño como conceptos similares. Por eso considera que la vida es un cuento, porque en el fondo hay una razón para vivir, algo que se desea.
Ahora bien, ¿cuáles son las claves para ser feliz? Coelho admitió que no tiene respuestas. Para él es caminar, es una conexión con uno mismo en la que se busca la alegría. “Como ejemplo os diré que a mí me ha pasado comenzar a escribir un libro y no encontrarme feliz porque sabía que en ese momento no tenía que escribir ese libro, y al final decidí dejar de escribirlo”. Añadió que la alegría está en las cosas pequeñas. Puso como ejemplo la de veces que uno va paseando y necesita cambiar de calzado para sentirse cómodo. Ese bienestar que llega cuando realmente hay un cambio de zapatos.

Otra de las grandes cuestiones que se trató es la de si la vida tiene sentido. El escritor asegura que a pesar del sufrimiento hay que seguir viviendo y que aquellos que no tienen cicatrices no tienen la verdad de la vida: “No hay un sentido absoluto de la vida, hay que seguir un camino. Sabemos lo que queremos hacer y nunca es tarde para hacerlo. Mi primer libro lo escribí con 40 años.” Prosiguió con su intervención asegurando que si alguien no tiene ganas de vivir no se puede hacer nada ya que las fuerzas salen de cada uno. Coelho criticó el mal de la sociedad en el que todo tiene que funcionar a través de reglas y normativas. “No se le puede decir a nadie lo que tiene que hacer respecto a los sentimientos, y por supuesto no le hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti”.
En una cita como esta no podía faltar la mención al amor. Coelho confesó que a pesar de que el amor en ocasiones destroza almas, el amor es el primer valor que hay que inculcar. “También la perseverancia es otro valor conectado al amor en el que debemos educarnos porque hay que luchar por aquello que buscamos”, asintió. En unión a estos valores, también mencionó la esperanza y el coraje puesto que ayudan a seguir en el camino. Asimismo, destacó que uno de los mayores misterios de esta vida es el amor ya que no se puede explicar. Sin embargo, no es el único. La muerte también lo es. El brasileño consideró absurdo tener miedo a la muerte cuando todos vamos a fallecer: “No hay que aprender a morir, está al lado de nosotros. El que se pasa toda la vida pensando en la muerte, no vive nunca”. Dentro del apartado de la muerte diferenció entre aceptar la muerte y explicar la muerte. Al tratarse de un enigma, no se puede dilucidar por lo que hay que aprender a convivir con ella. Opina que todas las personas tienen una serie de incógnitas innatas en las que cada uno tiene que buscar la respuesta, aunque adviritió que no se puede estar obcecado y continuar viviendo. Coelho, ferviente católico, reconoció que el amor no está unido a Dios cuando le preguntaron si se puede amar sin creer en Dios. “El amor es parte de todos: Es un error separar el mundo espititual y material. Porque si eres creyente, Dios es todo y Dios es amor. Lo cual no quiere decir que un ateo no ame.”
Dejando de lado los misterios de la vida, finalizó el Curso mostrando su propio espacio -su refugio tal y como lo denomina- en la red a través del cual interactua con los lectores. Como apasionado a internet que es, no pudo faltar la alusión a por qué deja que sus obras se puedan leer desde la pantalla gratuitamente. “Además de que es imposible y una tontería luchar contra la piratería, pienso que no hay muchas historias nuevas que contar y las ideas se pueden acabar copiando. Quien quiera tener un libro en su casa y tenga dinero, va a comprar”, exlamó despreocupado.

El escritor en obras como ‘El Alquimista’ hace una especial mención a las señales o al instinto que pueden dirigir en ocasiones a los seres humanos en la vida. Pero ¿cuándo hay que hacer caso de esas señales? “Es difícil averiguar si hay que dejarse guiar por la cabeza o por el corazón. La señal es un legnuaje individual que se aprende con el error. A veces tenemos intuición pero acabamos evitándola. El problema es que cuando actuamos nunca tenemos la certeza de si es lo adecuado”. Como anécdota contó que cuando su mujer y él estaban paseando por San Sebastián una joven se le acercó preguntando a ver si el hombre que llevaba viendo tres días con una maleta y que ese mismo día vio que se marchaba en tren era el hombre de su vida. Obviamente él no supo qué contestar porque es difícil descifrar una señal. No obstante, finalizó su ponencia afirmando que hay que fiarse de la intuición.

Aprender a identificar y manejar las emociones en la vida cotidiana

Directores: Dña. Carmen Maganto (UPV/EHU)
Ponentes: Dña. Carmen Maganto, Dña. Maite Garaigordobil y Dña. Analía Sánchez.

Convivir con las emociones
Alegría, tristeza, agresividad, miedo... Los seres humanos sienten y padecen, reaccionan ante las diferentes situaciones de la vida y por supuesto, manifiestan sus emociones. El problema es que las emociones no siempre se manejan de forma idónea en las relaciones interpersonales de la cotidianidad. Por ello, el cometido del taller fue el de enseñar a controlarlas. Carmen Maganto de la UPV-EHU, definió el concepto de ‘emoción’ como “un estado fisiológico de excitación,  estado psicológico de bienestar o malestar y aquellos pensamientos  y conductas vinculadas con ambos”. En definitiva, son actitudes afectivas subjetivas, son reacciones a los estímulos externos que cada individuo interpreta. No obstante, no hay que confundir las emociones con los sentimientos ya que estos últimos “se consideran como la experiencia subjetiva de la emoción”.
Entre las características que definen a las emociones, Maganto recalcó que en principio, ni las hay buenas ni malas. Sólo tienen que ser adecuadas: “Si alguien se alegra por las desgracias de otra persona, hablamos de que esa alegría no es ‘buena’, y por el contrario, si alguien está deprimido tras una pérdida, se supone que es lo esperado”. Además, destacó que las emociones aparecen a lo largo de la vida, son evolutivas dependiendo de las vivencias de cada uno y no se heredan, “más bien se contagian”. Asimismo, en su discurso explicó que las emociones sirven para preparar a las personas para lo que pueda suceder: “Son señales que pueden ayudar a decidir cómo actuar y a vigilar el estado de las relaciones interpersonales”.
Desde el taller no sólo se ha hablado de las emociones, los problemas de comunicación emocionales que dificultan las relaciones en la vida diaria también tuvieron su espacio. Algunos de los mencionados obstáculos comunicativos fueron los siguientes: la emotividad excesiva, la emotividad restringida, los cambios inesperados de humor y la competitividad. Estas dificultades fueron representadas por los alumnos con el fin de aprender a identificarlas y buscar canalizar los malentendidos.
Las emociones pueden convertirse en patológicas primordialmente cuando alteran el bien social. “Algunos estados emocionales negativos son tan intensos que se experimenta una necesisdad imperativa de descarga en el exterior que impulsan acciones de venganza, daño y destrucción”, advirtió Maganto. Por ello, el curso también se centró en trabajar y escenificar las emociones positivas y negativas con la colaboración de Carmen Maganto, Maite Garaigordobil y Analía del Valle.
La tristeza, la envidia, los celos, la agresividad y el miedo se engloban en las negativas. Si se manifiestan de forma enfermiza requieren de la búsqueda de soluciones tales como el autocontrol, valorarse positivamente a sí mismo, hablar y apoyarse en la gente del alrededor, y en última instancia, recurrir a la ayuda profesional. En el otro lado de la balanza se encuentran la alegría y la felicidad. “La psicología lleva muchos años trabajando las emociones negativas y buscando estrategias terapeúticas para combatirlas. Sin embargo, la psicología positiva plantea que si cultivamos las emociones positivas, desaparecen en parte las negativas y aumentamos la capacidad de ser felices”, aseguró Maganto. Esta razón conlleva a pensar en estrategias como sonreír con sinceridad cuando nos encontramos con alguien porque “genera satisfacción”, o cultivar pensamientos positivos sobre la otra persona devolviéndole la dulzura, la escucha, la paciencia. Maganto indicó que para potenciar las emociones positivas hay que transformar lo negativo en positivo y desarrollar el optimismo, una habilidad que ayuda a ser feliz.
Maite Garaigordobil: “No podemos saber quienes somos sin la ayuda de las personas que nos rodean”
¿Cómo superar los problemas de comunicación en las relaciones interpersonales?
En primer lugar es importante identificar las propias dificultades de comunicación, poder expresarlas y aprender estrategias de comunicación y relación. No es lo mismo tener problemas de comunicación por la ausencia de habilidades que a un tipo de comunicación muy agresiva que genera choques en las relaciones interpersonales. Puede ser una ayuda llevar a cabo algún curso de habilidades sociales que permita a la persona desarrollar destrezas. Ya  cuando los problemas de comunicación son muy graves se requiere de la ayuda de un profesional. Por otra parte, los bloqueos en relación a los sentimientos pueden ser por falta de habilidad o por miedo a la reacción del interlocutor.
¿En qué consiste la teoría de los espejos comentada en el taller?
Necesitamos espejos para ver ciertas partes de nuestro cuerpo como la espalda. Asimismo no podemos saber quienes somos sin la ayuda de los espejos que en este caso son las personas que nos rodean. En síntesis, nuestra identidad, autoestima, autoconcepto... depende en gran medida de las imágenes que nos devuelven de nosotros mismos las personas significativas de nuestro medio social.
¿Por qué es difícil controlar nuestras emociones?
Porque la emoción es una reacción fisiológica derivada del cerebro emocional y sólo posteriormente es una reacción cognitiva derivada del cerebro cognitivo. Para cuando la razón procesa muchas veces la emoción ya se ha expresado corporalmente. Con el entrenamiento podemos aprender en cierta medida a controlar la reacción física antes de que ésta se exteriorice.
¿Qué repercusión tiene la educación en nuestras emociones?
Mucha. Las emociones se pueden educar y el contexto educativo puede ser importante a la hora de fomentar el desarrollo socio-emocional de los niños y adolescentes. Se pueden estimular sus capacidades de comunicación, de expresión emocional, de  empatía... Del mismo modo también en la vida adulta es posible reeducar nuestras emociones aprendiendo a expresar emociones positivas y a controlar las negativas.