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Villabona beti Villabona!

Villabona beti Villabona!

A veces preferimos viajar y viajar sin darnos cuenta que el encanto puede estar delante de nuestras narices. Aprovechando que son fiestas de Villabona desde ayer hasta el 31 , voy a poner un reportaje que hice sobre Tolosaldea para que comprobeis que cada rinconcito de este mundo tiene sus emblemas. También quiero destacar que a pesar de que no he realizado todavía un texto concerniente a Donostia, es la cuidad más bonita que nos podíamos haber echado en cara. Y que nadie me lo discuta. Creo que el único inconveniente que tiene es el clima, porque vaya veranito que está haciendo...

 Más allá del Carnaval 

Tolosaldea, por su atractivo paisajístico, cada vez ofrece más actividades en torno a la naturaleza para los admiradores de ésta  

Respirar aire puro, no es difícil en Guipúzcoa. Quien desee disfrutar de las maravillas que la naturaleza alberga, no tiene más que acercarse a la ‘Guipúzcoa profunda’ y averiguarlo. El encanto del mar y las montañas hacen del territorio guipuzcoano un bello enclave a visitar. Aunque el litoral suele ser el más conocido para los turistas, el interior, repleto de montes y campos verdes también esconde sus emblemas. Uno de esos lugares recónditos de Guipúzcoa es Tolosaldea. La extensión abarca 332 kilómetros cuadrados y tiene 45.000 habitantes repartidos en 29 municipios. Un rincón cargado de tradición, y no precisamente  por sus carnavales o cosechas de alubias.

 Según la oficina de turismo ‘Tolosaldea Tour’, el número de visitantes que elige la comarca para pasar sus días festivos va en aumento, ya que en 2004 contabilizaron a unos 9.500 turistas, en 2005 11.000 y en 2006 aproximadamente 15.000. Ander Lizaso, el técnico de turismo de esta oficina, recomienda visitar los parajes verdes más que las propias localidades de la zona. “Este territorio se caracteriza por los montes, valles y parques naturales y nosotros ofrecemos actividades en torno a ello”, explica el técnico de turismo. “Son paisajes que se pueden contemplar tanto a pie, en bici o a caballo”. 

            Un buen modo de conocer a fondo esta zona guipuzcoana es a través del senderismo. “No organizamos grupos de senderismo pero sí existen 39 rutas señalizadas con diferentes grados de dificultad que se pueden consultar en los folletos,  en el libro editado por nosotros ‘Senderismo por Tolosaldea’, y a través de la página web”, expone el técnico de turismo. Hay una lista sobre aquellos lugares naturales que más merece la pena rodear: Aralar, Ernio, el valle de Leizaran y los bosques de Albiztur. “Los excursionistas se decantan por la sierra de Aralar y por Leizaran ya que su biotopo es admirable”.

            La sierra de Aralar hace frontera entre Guipúzcoa y Navarra, y en la vertiente guipuzcoana se encuentran las cumbres de Larraitz y Txindoki. Esta última, rocosa, destaca con sus 1.346 metros de altitud. Para acceder aquí, los montañeros escogen primordialmente el camino que a su paso deja Larraitz, un pequeño monte que a su vez es barrio de Abaltzisketa y cuya ermita llamada ‘Nuestra Señora de los Remedios’ es muy popular entre los excursionistas. El barrio es idóneo para pararse a merendar y a descansar. A lo largo de la sierra, son significativos los macizos calizos, los manantiales, los dólmenes y los menhires, todo un elenco de elementos naturales que no pasan desapercibidos para un amante de la madre naturaleza. El valle de Leizaran también muestra un pintoresco paisaje donde abundan los monumentos megalíticos y los ríos de agua cristalina, que invitan a adentrarse en ellos.  Tampoco puede faltar en la agenda de los aficionados a la montaña la visita al monte de Ernio que, desde su cima de 1.045 metros, permite vislumbrar a lo lejos un paraje verde e inolvidable que describe todo el perímetro de la comarca. Es una montaña cargada de tradición ya que todos los domingos del mes de septiembre se celebran romerías. Curiosamente, es el monte de la Comunidad Autónoma Vasca que más cruces posee. En Tolosa está el monte Uzturre también símbolo de la zona. A esta montaña se accede asciende desde Izaskun, una pequeña cumbre en la que también hay una ermita.           

Otro de los rincones naturales que no se debe dejar olvidado es el bosque de abetos de Albiztur. Entre estos árboles hay un grupo de 20 que llaman la atención por su tamaño. Uno de ellos, con el nombre de ‘Douglas’, tiene la peculiaridad de que dos personas no llegan a rodearlo con sus brazos, y mide 55 metros, que equivalen a 16 pisos.

            Pero, aún hay más para los apasionados a la naturaleza, porque existe una ruta de peregrinación del Camino de Santiago que atraviesa la comarca. Es un recorrido unido con San Adrián en Navarra que a su vez está comunicado con la Llanada Alavesa y con Santo Domingo de la Calzada en donde se encuentra otra vía del Camino de Santiago. La oficina de turismo de Tolosa se encarga de informar a los turistas sobre este camino.

            Para aquellos que prefieran conocer el paisaje rural a caballo, en Zizurkil hay un club hípico ‘Pottok’, que brinda la oportunidad de recorrer los alrededores verdes del pueblo y también organiza cursos para aprender a montar. Por otro lado, quienes se decanten por la bicicleta, pueden alquilar ‘mountain bikes’ en la tienda Begiristain de Tolosa.

           

            Asimismo, en esta comarca se pueden realizar otras actividades y deportes: Sobrevolar Guipúzcoa en globo aerostático, actividad organizada por el club ‘Aidean’ de Villabona, practicar piragüismo en el río Araxes, Paintball en Gaztelu y escalada en el recódromo de Asteasu. En la carretera que une los municipios de Anoeta y Tolosa se ubica la escuela de medio ambiente ‘Zuloaga Txiki’ que también es un albergue, y va dirigida exclusivamente a los niños que estén cursando la Educación Secundaria Obligatoria. Da charlas sobre la naturaleza que rodea a Tolosaldea y organiza excursiones a Ernio.

 

            El alojamiento no debe ser impedimento para venir a visitar la zona y llevar a cabo estas prácticas de ocio ya que hay repartidos por el territorio unos veinte albergues y agroturismos, cuatro pensiones y el hotel Oria de Tolosa.

 Casco histórico

Tolosa es la ciudad que más interés turístico y cultural suscita, quizás por ser en núcleo de la zona. Es la localidad de la comarca más visitada y ahora con motivo del 750 aniversario de la villa, la oficina de turismo sí que ha notado una mayor afluencia de turistas. “La parte vieja es la más recorrida del municipio y lo más significativo de Tolosa es en mi opinión el museo de Gorrotxategi”, asegura el técnico de turismo. Y es que en el casco de esta ciudad albergan los edificios y lugares  más emblemáticos: La iglesia de Santa María, el palacio Idiakez (antiguo casino), el palacio Aramburu, el antiguo molino, el ‘Tinglado’, la plaza Cristales, el parque arqueológico y la confitería Gorrotxategi y su museo, entre otros.

 

            Esta galería pastelera, denominada ‘Xaxu’ hasta el siglo XVII -fue entonces cuando José Mª Gorrotxategi decidió crear un museo-, presenta la historia de los confiteros desde el siglo XIV hasta el siglo XIX. Se muestran los utensilios y las técnicas que se empleaban para la elaboración del café, chocolate, caramelo, helado y alcohol. La exposición está dividida en varias secciones: chocolate, café,  bizcochería,  horno y  hornillos, nata y mantequilla, helados, dulcería, confites, aguardientes y cerería.

 Etnografía

El pueblo de Larraul también tiene otra galería relevante que intenta mostrar lo que son la vida y las costumbres del caserío: trajes, esculturas, pinturas, comercio, deporte rural, religión… Muchas de las piezas expuestas pertenecen al mundo del campo: carros, arados… Se trata al fin y al cabo de una muestra para comparar el pasado y el presente. Otro de los museos importantes de Tolosaldea es el del Gigante de Altzo. Es una exposición abierta todo el día que hace homenaje a Miguel Joaquín de Eleicegui, un hombre que dio a conocer esta localidad por sus dimensiones. A pesar de que se tiene la concepción de que es un personaje mitológico, él existió de verdad y medía 2,42 centímetros. En el caserío Ipintza del municipio se puede apreciar la historia de este señor.

 

            Para más información sobre Tolosaldea pueden llamar a la oficina de turismo ‘Tolosaldea Tour’ al 943 69 74 13 o en la página web: www.tolosaldea.net.

     

DESPIECE

Degustación 

Si algo caracteriza a Tolosa es su tradición gastronómica. Los mercados y ferias semanales son los protagonistas para llegar a conocer la cocina guipuzcoana rica y variada en alimentación. Todos los sábados hay mercado en tres lugares diferentes. En el Tinglado se venden los productos autóctonos; plantas y flores en la plaza Cristales, y en la plaza Euskal Herria se ofrece de todo. A lo largo del año hay unas 15 ferias importantes y Ander Lizaso destaca la de ‘Tolosa Goxua’ en la que hay puestos con productos de repostería típicos de la zona como los cigarrillos y las tejas, y se celebra en marzo. También nombra como importantes a la especial de flores y plantas que se realiza en abril, a la del ganado que se da en octubre, a la de San Juan, a la ecológica de verano, a la de la alubia -que dura una semana y se hace en honor al  producto de la comarca por excelencia-, que suele ser entre octubre y noviembre, y a la de Navidad. Villabona, Anoeta, Asteasu, Bidegoian, Ibarra y Zizurkil también tienen su cita anual con la feria.

            Los productos que no faltan en estos recintos cómo no las alubias, las ‘guindillas de Ibarra’, las tejas y cigarrillos, los xaxus, el queso Idiazabal y la sidra. El potaje más famoso del territorio es de color morado oscuro y se recolecta manualmente desde finales de septiembre o principios de octubre. Las alubias se suelen comer acompañadas de morcilla y de las guindillas de Ibarra. Estas últimas, cultivadas en el pueblo más cercano a Tolosa –Ibarra-, se preparan en vinagre o fritas en aceite de oliva. El queso Idiazabal se elabora con leche de oveja ‘latxa’ y es suave y un poco picante. Los dulces más populares de Tolosaldea, las tejas y cigarrillos, se hacen con mantequilla y almendra; y los xaxus, son pastelitos hechos con almendra, yema de huevo y mazapán. Las pastelerías más destacadas para degustar estos manjares son las ‘tolosarras’ Ibáñez-Gozona, Eceiza y Gorrotxategi.

 

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